Aporte Carol Müller T.

Estimados (as):

El profesor Carol Müller T. realizó el siguiente aporte:

MAXIMIZANDO LA PERFORMANCE O DESEMPEÑO DE CAMPOS DEPORTIVOS QUE SE USAN SEVERAMENTE

Miller, Grady L.* 2007. Maximizing the performance of heavily used athletic fields. North Carolina Turfgrass (Nov./Dec.): 14-19. www.ncturfgrass.org

Adaptado por Carol Müller T.** www.cesped.cl

* Profesor y Especialista en Extensión de North Carolina State University
** Profesor de Praticultura de la Universidad de Chile

Revisado: Enero 2008

A los superintendentes de campo siempre se les apremia para tener campos con superficies inmaculadas o premier, sabiendo que dichas áreas serán sobreusadas y probablemente no van a terminar en un buen estado al final de la temporada. En todos los niveles hay una expectación de ser anfitrión de más y más eventos y torneos. La adición de luces al campo es la razón de esta situación. En algunos casos, nuevos deportes como el Lacrosse se agregan al ya apretado calendario de uso por el fútbol. Los campos de fútbol doblan a cualquier otra área como campo “de todo propósito” debido a los eventos. Por supuesto en algún punto, el campo empezará a mostrar signos de uso, y en algún momento podrá fallar.

Debido a que el uso del campo esta influenciado por tantas variables, no hay una ecuación definitiva que pueda ser usada para predecir cuándo un área deportiva cespitosa empezará a mostrar signos de uso o cuándo fallará. Tal predicción sería invaluable para escuelas, municipalidades, instituciones con complejos deportivos y otros, ya que pueden enfrentar juicios involucrando daños a personas asociadas al diseño, construcción y malas prácticas de manejo de los lugares deportivos que involucren pasto. Hay un conflicto en acomodar a todo el grupo de participantes sin dañar el campo. Si el campo es sobreusado, entonces la probabilidad de un jugador a ser dañado debido a las pobres condiciones de él aumentan. Entonces ¿Qué hace un superintendente?.

Una situación ideal es el tener un adecuado número de campos de manera de usar en forma racional y rotacional. Lo mejor es tener un deporte específico y un campo de práctica asociado a él de manera de eliminar el uso compuesto o cruzado de dos o más deportes – esto, a veces tiene sus detractores. Adicionalmente, debería haber un programa sólido de mantención del césped en ese lugar que promoviera el crecimiento del pasto y su recuperación. Inclusive en los campos deportivos de entrenamiento pueden haber carpetas mitad natural y mitad sintéticas en forma mixta o separada. Desafortunadamente, los presupuestos para el manejo frecuentemente son el factor más limitante.

Factor de construcción

Un buen campo deportivo comienza con una estrategia ortodoxa de construcción, y un plan cuidadoso es imperativo para un éxito a largo plazo. Hay que considerar ciertos conceptos básicos cuando se intenta construir un nuevo campo deportivo.

Varios aspectos constructivos pueden maximizar la duración del campo. En el tope de la lista es un drenaje adecuado. Ya que los campos húmedos son mucho más propensos al daño que campos secos, en especial si están a capacidad de campo. El drenaje adecuado no sólo previene escurrimientos superficiales, si no también en profundidad, y con esto se prolonga el uso del campo. Esto se consigue creando una corona o lomo de toro de manera de ayudar al escurrimiento de las aguas superficiales o vía sub-superficie con líneas de drenaje, pensando dónde se va a dejar dicha agua. En 7.000 m2 con 10 mm de precipitación tenemos un volumen de 70.000 litros de agua.

El drenaje sub-superficial depende de una buena infiltración de agua en el suelo. Por esta razón, un suelo basado en arena será mucho más permeable al agua y habrá un mejor trabajo del drenaje sub-superficial, siendo más efectivo que el escurrimiento superficial. Además, los campos de arena son menos compactables. Un campo compactado tiene menos velocidad de infiltración del agua, por lo tanto la superficie puede permanecer húmeda por un período más largo de tiempo, aún con una precipitación moderada.

En términos de céspedes, el Bermuda es el que más se ocupa en zonas templadas y cálidas. En zonas elevadas o frías no se puede ocupar Bermuda debido a las bajas temperaturas de ciertos meses, las que la pueden matar. Afortunadamente, existen nuevas Bermudas que tienen una mayor tolerancia a frío y que en esas áreas pueden ser exitosas.

La Bermuda forma una superficie de juego compacta y resilente (amortiguadora) y con una alta tolerancia al uso, además de un potencial recuperativo rápido. Esta cualidad se nota mucho más en verano y temprano en el otoño cuando la Bermuda esta creciendo activamente, no así en los demás meses… que es justo dónde más se usa el campo deportivo en colegios. Si el Bermuda se hace formante (se vuelve amarillo con bajas temperaturas), tarde en el otoño o invierno, el tejido aéreo puede ser fácilmente rasgado con juegos intensos. Una práctica mantención razonable de fertilidad durante el otoño puede ayudar al césped a recuperarse a través del invierno y meses de primavera. La sobresiembra de los campos con “Ballica/Ryegrass” (Lolium perenne) es una opción para dar una superficie verde de juego a los campos de Bermuda formante.

Los otros pastos son el uso de “Chépica Peruana” (Pennisetum clandestinum) que se comporta como pasto de estación cálida igual que el Bermuda y la mezcla de “Festuca Alta” (Festuca arundinacea) + “Ballica” que es para zonas más templadas a frías. La primera con un programa frecuente de verticorte y topeado y el segundo con mayores exigencias de fertilización y riego. En lugares muy fríos se debe usar “Pasto Azul” (Poa pratensis).

En caso que exista canopia por sombra usar una mezcla de “Festuca Chewing” (Festuca rubra commutata) y “Festuca Creeping” (Festuca rubra rubra) sola o como sobresiembra. Similar a lo que se podría usar con Poa trivialis.

Determinación de tolerancia al uso

¿Cuánto uso puede resistir un campo?... Esta pregunta puede ser respondida usando una hoja de records/set-up/protocolo del uso de la cancha, con el número de jugadores que hacen uso de ella y por cuántas horas, además del estado eventual de la cancha, todo llevado estadísticamente día a día, ojalá incluyendo el año anterior, documentando las clases de deportes, sus prácticas y otros eventos. A medida que la demanda por el campo aumenta, es una rutina común el llevar anotación de todo a lo que se somete el recinto y así poder llevar un preciso manual de su historial. Probablemente lo más común es llevar el número de horas que el campo ha estado en uso durante el año anterior y cuáles son las labores y fechas de rutinas de manejo a que ha sido sometida.

Antes Que un campo deportivo sea usado intensamente, debe comprenderse los umbrales de rutina y desempeño. Esta expectativa debería ser realística, tomando en cuenta el presupuesto de mantención a destinar, disponibilidad de equipos y labores. Es siempre servicial tener uno de los campos etiquetado como “de campeonato” o “primer”, y otros campos o áreas como de “practica” o “academia”. Esto ayuda a ilustrar cómo las superficies pueden ser manejadas vía vectores de establecimiento (sustratos mezclados con redes de material plástico/fibra, alfombras o neumáticos molidos, una mezcla de hoja sintética más corta con pasto natural entremedio, poliestireno, base plástica y césped encima, etc.), calendarización controlada (con estadísticas de horas de uso), zapatos apropiados, blindajes externos (animales, padres con niños, empleados) que inclusive pueden evitar vandalismo por medio de rayos infrarrojos de protección, giro de los sentidos de juego; y así maximizar la condición de uso del campo deportivo de práctica que inclusive puede incluir zonas con alta pendiente.

Un estimado general relativo de uso de una cancha que se usa todo el año, con una educada predicción para rugby y fútbol basado en entrevistas se muestra en la Tabla 1.

Tabla 1. Predicción de calidad de cancha según uso para rugby y fútbol
CONDICION DEL CAMPO
HORAS POR AÑO
Aguanta en buenas condiciones
< 200
Campo en buenas condiciones, pero con algo de pérdida de pasto y áreas localizadas de uso
400 a 600
Condiciones razonables, con áreas significantes de pérdida de hojas y áreas desgastadas
800 a 1.000
Significantes pérdidas de pasto , superficie dañada y potencial aumento de daño del deportista
> 1.000

Es estimado asume que el campo es carpeteado con Bermuda o Festuca arundinacea y que empieza el año con una excelente cobertura. Los valores son relacionados con un campo muy bien construido y que recibe mantención moderada y es usada bajo condiciones razonables. La verdad es que sólo toma un juego en extremados límites de humedad para destruir toda la cancha. Sumada a ello es la cantidad de prácticas del deporte que puede recibir.

El número de eventos que un campo puede recibir dependerá del tipo de construcción que tenga el campo (base arena, arena/grava, uso de materia orgánica/enmiendas, suelos naturales), las condiciones del tiempo (antes y durante el juego), las prácticas de mantención (corte, escarificado, aireación, descompactación, resiembra, recebos/topeado, rodillado/rulado, fertilización, riego, control sanitario, control de pH de suelo y aguas), períodos de recuperación y estación del año.

Obviamente, mientras más tránsito se ponga sobre un campo deportivo, mucha más rápida será la declinación de la carpeta de pasto (que ojalá no tenga absolutamente nada de trébol), además hay que sumar que cada deporte tiene un diseño típico de desgaste encima del rectángulo. El rugby tiende a marcar por los costados laterales y el fútbol evidencia una corbata humita de arco a arco, además del desgaste de los linesman y tiros de corner. Cualquier acción repetitiva en la misma área del acampo acelera su desgaste, complementario a momentos muy secos o muy húmedos.

Pero no son sólo los atletas los que pueden causar diseños de desgaste, también lo son las bandas/desfiles, es especial si usan los mismos “pasillos” siempre, las posiciones de los auxiliares de campo, los reservas y los entrenadores, que están confinados a áreas específicas… que ojalá se pudieran mover. Debemos agregar stand de comidas, de atención de autoridades, espectadores, baños, containers. Argumentos aparte son los alambres dejados por establecimiento de carpas y publicidad, fierros de pie derechos, presión de escenarios y entrada de maquinaria por el mismo lugar.

Reducción de daño por uso

Se puede reducir el daño por tránsito en los campos deportivos siguiendo las siguientes premisas:
Restringir el uso cuando el suelo esté muy húmedo.
Restringir el uso cuando este muy seco o marchito (se marca la huella al caminar).
Manténganse los entrenadores rotando dónde haya zonas de uso muy pesado.
Use arcos portables de Manero de irlo girando a través de todo el campo.
Mover las líneas laterales y de fondo varias veces durante el año, para ello la cancha debe hacerse más profunda y más ancha desde el principio.
Clausurar entradas rotativamente, de manera de entra a la cancha por varias partes… teniendo defensas.
Si es posible tener dos campos deportivos perpendicularmente.
Restringir las prácticas al mínimo.
Tener una reducida calendarización si el campo esta formante – en el caso de Bermuda.
Tener una temporada en el año de reparación claramente establecida.
Evitar la iluminación, porque esto sube las horas de uso sustantivamente (extra training, padres, empleados, exjugadores, actividades varias).
Dejar horarios semanales bloqueados para fertilizar, regar y cortar – que son el 80% de la mantención del campo deportivo.
Reparar lo más rápido que se pueda los daños menores – teniendo equipos, personal (horas extras).
Sobresembrar varias veces al año, inclusive durante temporadas de juego.
Tener viveros para champear – o las facilidades de comprar rápidamente y bajo convenio de gasto/año.
Usar protectores para lugares de espectadores o infraestructuras que cubran el pasto.
Educar a los jugadores del cuidado de un área deportiva.

Maximizando tolerancia al uso

Comience la estación de juego con el campo con una cobertura excelente.
Sobresiembre en otoño.
Si es un campo de Bermuda necesitará bajar la competencia de sobresiembra en la primavera con químicos, fertilizaciones o corte.
Ajuste el riego y la fertilización al suelo y foliar a las necesidades dictadas por las condiciones ambientales y las curvas de crecimiento del pasto.
Puede aumentar la condiciones de cuidado sólo a las zonas desgastadas y así no aumentar su presupuesto.
Use pintura y no polvos (talco, yeso, cal) para pintar las líneas. Así evitara la formación de montículos que exigirán una sacada al año con flujo fuerte de chorro de agua, verticorte o champeo.
Llene las chuletas/divots inmediatamente después del juego, ya sea mediante recuperación del pedazo perdido, echando arena, echando arena teñida y utilizando semilla natural o pre-germinada.
No escatime gastos en la aireación, enmiendas y topeado.
Evite todo apozamiento de agua.
Seleccione estoperoles que no le arruinen el pasto.
Use los zapatos adecuados.

Los estudios han demostrado que el diseño de los estoperoles pueden influenciar dramáticamente el daño al pasto. Un zapato de entrenamiento produce 36% menos daño que un zapato estándar de fútbol. Un zapato con 6 estoperoles es claramente más dañino que un zapato estándar de fútbol. Los números son más bien relativos que absolutos, pero ellos ilustran el impacto en el daño del pasto, de una cosa tan simple como los zapatos. Zapatos con mayor número de estoperoles y más pequeños causarán menos daño por uso, y diminuirán la compactación (con más estoperoles hay un desplazamiento del peso más homogéneo) comparado con el diseño de estoperoles tradicionales. Claro que hay un peaje que pagar – se reduce la tracción por parte del usuario. El zapato de entrenamiento requiere un 37% menos de esfuerzo del atleta para quebrar la tracción en comparación con el zapato estándar de juego. Esta diferencia puede ser inaceptable para niveles de juegos de alta competencia.

Debe haber una comunicación abierta entre el superintendente de campo, la gente responsable de la calendarización y los usuarios de campo deportivo.
Un uso excesivo de un campo deportivo es arriesgado y poco seguro para las condiciones de un juego, y en casos extremos debe cerrarse el área. La seguridad del usuario debe ser primordial, inclusive más, la calidad de una cancha se mide por la cantidad de lesionados por un período de tiempo independiente de cuál haya sido el motivo.

Prometedoramente, con un buen diseño, una construcción y mantención con un razonable cuidado, uso apropiado a través de año, es seguro que mantendrá un campo en excelentes condiciones de jugabilidad.